El consumo en nuestros hogares representa aproximadamente un 20% del consumo total de energía final en España y es generado, principalmente, por los equipos domésticos que poseemos, sean estos eléctricos y/o térmicos. Pero existen algunos criterios que implican mayores cotas de consumo, lo que implica un mayor gasto, o menores.
La diferencia entre ser más eficientes y pagar menos en nuestras facturas o ser menos eficientes y pagar más es, en la mayoría de las circunstancias, una cuestión de toma de decisiones propia. Por ello, en este articulo vamos a ver de una forma sencilla y clara cuales son algunos de los aspectos que hay que conocer y tener en cuenta sobre el consumo energético en nuestra casa.
1. ¿Cómo se mide el consumo?
El consumo energético se mide en kWh (kilovatios hora) lo que significa que a la hora de usar nuestros equipos debemos de tener en cuenta: la potencia (watios) que requieren y el tiempo (horas) que los utilizamos.
Nuestro consumo energético será: Potencia multiplicado por Tiempo.
2. El consumo tiene diversas formas.
El consumo energético en nuestro hogar respecto a los equipos que dispongamos puede tener diversas formas:
- Equipos que demanden mucha potencia en su uso pero que utilizamos muy poco tiempo. Es decir, aquellos pequeños electrodomésticos que producen calor de forma rápida como, por ejemplo, freidoras, tostadoras, planchas, etc. Si los utilizamos con mucha asiduidad pueden aumentar de forma importante nuestra factura.
- Equipos que utilizamos durante muchas horas pero que demandan poca potencia como, por ejemplo, la iluminación y el frigorífico. ¡Ojo! Pero en función de su grado de eficiencia tendrán un consumo mayor o menor. En cualquier caso, se trata de equipos que utilizamos a diario o que están conectados continuamente. En ellos, los hábitos de consumo eficiente tienen un alto impacto en el ahorro que podemos lograr.
- Equipos que utilizamos con asiduidad y, además, demandan mucha potencia. Estos serían, por ejemplo, lavadoras, lavavajillas, hornos, termos eléctricos, etc. Y, al igual que los anteriores, en función de su grado de eficiencia tendrán un consumo mayor o menor. Son equipos con los que debemos de tener especial cuidado y aplicar hábitos de consumo eficientes además de controlar su uso.
3. ¿Cómo ahorramos energía (y dinero)?
Para disminuir nuestros consumos y con ello ahorrar energía y dinero a nuestros bolsillos partimos de dos conceptos clave: potencia y tiempo. Por un lado, los equipos más eficientes requieren menos potencia por lo que tienen un consumo mucho más bajo en comparación con aquellos menos eficientes. Por otro lado, cambiando nuestros hábitos de consumo mejoraremos nuestra eficiencia en el uso de estos equipos. Como vemos, son dos cuestiones: la eficiencia energética y el ahorro energético.
¿Cómo mejoramos nuestra eficiencia energética? Aplicando prácticas que reduzcan el consumo de energía sin disminuir los niveles de confort en nuestro hogar y utilizando tecnologías que requieran menos energía para realizar la misma función, entre otras. Estas medidas tienen efectos duraderos y de largo plazo.
¿Qué tenemos que hacer para lograr ahorros energéticos? Debemos de aplicar prácticas que limiten el uso de energía disminuyendo prestaciones innecesarias o excesivas y, al mismo tiempo, hacer nuestra la información relativa a hábitos de consumo que nos provoquen cambios en nuestro comportamiento y mantengamos diariamente.
4. Evita la simultaneidad de cargas.
Es muy importante evitar la simultaneidad de cargas cuando queremos usar nuestros equipos domésticos. En nuestra factura de la luz la potencia es un coste fijo, es decir, consumamos o no siempre vamos a pagar por ella.
Para evitar tener gastos elevados debido a potencias altas resulta mucho más eficiente distribuir el uso de los equipos domésticos a lo largo de todo el día evitando conectar todos a la vez en una determinada franja horaria. Gracias a ello, necesitarás tener contratada una menor potencia en casa, ahorrando en tu factura.
Además, en función de tu peaje de acceso (tarifa) podrías tener una amplia franja horaria donde el coste de la electricidad es mucho menor.
5. ¿Y de qué más depende el consumo energético de nuestra casa?
Además del grado de eficiencia energética de los equipos que tenemos en nuestro hogar y del uso que les damos, el consumo de energía depende también de:
- La zona climática donde se ubique nuestra vivienda.
- Su orientación.
- La calidad constructiva.
- El nivel de aislamiento.
- El grado de equipamiento.
- El número de personas que la habitan.
Estos son solo algunos de los aspectos esenciales que debemos de conocer para empezar a reducir nuestras facturas de los suministros energéticos y pagar menos por las mismas. Además, recuerda que tu grado de implicación contribuye a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y a lucha contra la Emergencia Climática